82 PARACAS E ISLAS BALLESTAS

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    Lástima, se nos acaba el tiempo y no hemos podido resolver el misterio de las líneas de Nazca. A mediodía sale nuestro autocar con destino a Paracas.

    Estoy un poco “asustado” después del trayecto del otro día. Por suerte, se parece bien poco. La Panamericana recorre toda la costa del Perú, está totalmente asfaltada y es una de esas carreteras rectas que no tienen fin. El trayecto es ameno y en menos de cuatro horas estamos en Paracas.

    Lo que voy a decir ahora para muchos será una tontería pero nos emocionamos al ver el mar. Llevamos cerca de dos meses en Sudamérica, como aquel que dice entre las montañas. Cuando echas de menos algo es cuando te das cuenta lo mucho que lo necesitas y lo importante que es para tu vida. Exactamente lo mismo que nos está pasando con la familia y los amigos.

    Paracas es un lugar privilegiado donde el mar acaricia el desierto formando un paisaje excepcional.

    Nos alojamos en un hostel de una familia muy agradable. Esta tarde el cielo nos regala una preciosa puesta de sol delante del mar.

    Por la mañana, enfundados en nuestros chalecos salvavidas y montados en “El Mesías” tripulado por el capitán Julio, nos dirigimos a las Islas Ballestas.

    Las Islas Ballestas son tres islas ubicadas a 18 km de la costa de Paracas y son el hogar de una gran variedad de aves y especies marinas. Entre los animales que podemos encontrar en las islas están los pingüinos de Humboldt, que pasan la mayor parte de su vida en el agua, en la corriente fría de Humbolt.

    A unos cuantos kilómetros del puerto encontramos El Candelabro o cactus, nadie lo sabe. Se trata de un enigmático geoglifo de 182 m de largo labrado sobre una empinada colina de arena de cara al mar.

    Miles de aves viven y vuelan entre las islas. Pelícanos, piqueros, flamencos…Apostados sobre las rocas se pueden ver lobos marinos. Un auténtico espectáculo poder descubrir estas islas y ver cómo viven todas estas especies en su hábitat natural.

    Después de una pausa para desayunar y montados en un pequeño autocar nos dirigimos a la Reserva Nacional de Paracas.

    Nos vienen a la cabeza varias imágenes. Está feo comparar pero es como una mezcla entre The Great Ocean Road de Australia, el Salar de Uyuni de Bolivia y las dunas de Mui Ne de Vietnam, todo en uno. El paisaje es increíble.

    Los principales atractivos turísticos de la Reserva Nacional de Paracas son sin duda los escenarios naturales que permiten apreciar la belleza del lugar. Una de las paradas es para ver La Catedral, una imponente formación rocosa causada por la erosión del mar y el viento a lo largo de los siglos. Su forma cóncava hacía recordar a las cúpulas de las catedrales, y en su interior vivían algunos lobos marinos, así como aves marinas. Con el terremoto de 2007 se derrumbó y sólo queda una parte de ella.

    Gino, nuestro guía, nos explica cómo lo vivió. Se encontraba en la plaza de armas cuando todo la tierra empezó a temblar durante casi tres minutos. Murieron más de dos mil personas sólo en su ciudad. Nos cuenta que justo en ese momento acababa una misa en la iglesia y empezaba otra. Las personas que estaban saliendo, volvieron a entrar por miedo y las que estaban entrando corrieron a refugiarse dentro también. El terremoto arrasó con todo. Gino abrazado a un árbol vio como la iglesia se derrumbaba llevándose consigo a las más de 300 personas que se encontraban dentro. Muy triste.

    En la siguiente parada encontramos la playa Roja. Es el resultado de la actividad volcánica tras milenarias erupciones que azotaron el Pacífico, produciendo un tipo de arcilla con esa coloración como componente de la arena. ¿Qué más puedo decir…?

    Comemos unos sandwiches en la bahía de Lagunillas rodeados de pelícanos. Allí conocemos a una familia belga que deben rondar los cuarenta. Hace nueve años dieron la vuelta al mundo. Ahora vienen con sus dos hijos y el tercero que está en camino. Sencillos, encantadores y con una muy buena energía.

    De vuelta a Paracas y para recuperarnos de este intenso día, compartimos una jarra de limonada en uno de los bares del paseo marítimo. Nos alegramos mucho de haber venido hasta aquí. Realmente nos ha sorprendido y ha superado nuestras expectativas. Sin duda, uno de los tantos rincones maravillosos que este país tiene para ofrecer.

COMMENTS

5 Responses to 82 Paracas e Islas Ballestas

  • Nati wrote on July 18, 2014 at 1:35 // Reply

    Precioso el lugar!!!.
    Pero para Catedral las de la Playa de As Catedrais en mi tierra jejejeje
    Qué maravilla los animales también ! Pedazo pico el de los pelícanos!!!!

  • Toñi wrote on July 18, 2014 at 8:13 // Reply

    ¡Qué bonitos los pelícanos! Las fotos son preciosas. Menudas maravillas nos ofrece la naturaleza.Pues muchos besos y a seguir con lo que queda.Besitos a los dos.

    • Marien Garcia wrote on July 31, 2014 at 1:16 // Reply

      Uno de los lugares que más nos han sorprendido y gustado!

  • Maria Santamaria wrote on July 24, 2014 at 10:45 // Reply

    me ha gustado mucho este sitio, me lo apunto

    • Nacho Roldán wrote on July 24, 2014 at 2:20 // Reply

      Muy recomendable. No nos lo esperábamos, nos sorprendió mucho. 🙂

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