84 CATARATAS DE IGUAZÚ

July 27

Cuando aterrizamos en Buenos Aires y estábamos planificando la ruta por Sudamérica nos surgió un problema. ¿Cómo llegar a Brasil desde Perú? Hay varias opciones. Puedes atravesar la selva por el río Amazonas y llegar a Manaus o directamente puedes volar. Nuestra idea era volar al norte en busca del mejor clima pero no había ningún vuelo que bajara de los 600€, así que seguimos el consejo que nos dio Mel, la chica francesa que conocimos en Tailandia, y cuando estábamos en Argentina compramos un vuelo desde Lima a Foz de Iguazú por 230€ para, una vez allí poder volar al norte de Brasil con alguna de las aerolíneas de bajo coste brasileñas, en este caso, con Gol. Creo que después de cerca de dos meses recorriendo Argentina, Bolivia y Perú por tierra, ha llegado la hora de volver a volar. También, por este motivo, nuestra visita a las cataratas de Iguazú, que teníamos prevista para después de Buenos Aires, quedó aplazada hasta este momento.

Las Cataratas del Iguazú están consideradas uno de los principales espectáculos naturales del mundo. Los habitantes originarios (guaraníes) las llamaron Iguazú, que significa en su lengua “Aguas Grandes”. Las Cataratas son compartidas por Argentina y Brasil, ya que el río Iguazú es el límite de estos dos países.

Primero vamos a visitar el lado brasileño. Desde la terminal de autobuses tomamos el bus 120 que pasa por el aeropuerto y nos deja en la entrada del Parque en unos 40 minutos de trayecto. La entrada cuesta cerca de 17€ al cambio. Una vez dentro, otro autobús nos deja en al inicio del sendero. Los senderos de acceso a las Cataratas comienzan en el mirante enfrente al Hotel de las Cataratas y se extienden por 1200 m en el margen derecha del Río Iguaçú. Nunca he tardado tanto en recorrer un kilómetro pero es que es casi imposible no detenerse cada diez metros. A lo largo del camino, se pueden ver diferentes ángulos de los saltos de agua hasta llegar a las pasarelas que hay cerca de la Garganta del Diablo.

Como si estuviéramos frente a una gran orquesta, nos quedamos asombrados por el sonido del agua y por poder presenciar este majestuoso espectáculo de la naturaleza.

Sin lugar dudas la panorámica que se obtiene desde el lado brasileño es excelente. Desde los miradores y pasarelas del Parque Nacional de Iguaçú se puede apreciar una vista de casi la totalidad de los saltos. Además de un impresionante acercamiento a la Garganta del Diablo.

El parque esta repleto de coatíes, un animal que no había visto nunca. Su nombre significa nariz alargada. Son animales sociales que viven agrupados en bandas de entre 5 a 20 individuos, bandas o manadas integradas casi siempre sólo por hembras. Son bonitos pero pueden ser peligrosos así que se recomienda no alimentarlos. Ellos mismo se encargan de arrasar con todo lo que pillan.

Como la posada en la que nos alojamos tiene cocina, nos preparamos la cena antes de ir a dormir. Por la noche baja mucho la temperatura. Hace frío y sin duda el lugar más seguro y caliente de todo Iguazú es debajo de las cuatro mantas de nuestra cama. Buenas noches.

Hoy volvemos a Argentina. Después de preguntar en la estación de autobuses y ver que nos sale más económico y que además tardamos menos tiempo yendo en minivan que en bus, no nos lo pensamos y contratamos el servicio de transfer en uno de los hostels que se encuentra al lado de nuestro alojamiento.

Allí conocemos a Joe, un australiano-irlandés rebautizado como Joselito y a su primo irlandés. Joselito, al igual que nosotros, se encuentra dando la vuelta al mundo y su primo y varios amigos le irán acompañando a lo largo de los próximos meses. Se unen a nosotros y junto a Gemma, una chica catalana que conocimos anoche en nuestra posada, descubrimos el lado argentino de esta maravilla de la naturaleza.

 No sé si es porque ayer visitamos el otro lado o porque no se puede acceder a uno de los mayores atractivos como es la Garganta del Diablo pero este lado de las cataratas nos ha sorprendido menos, por no decir que nos ha decepcionado. El pasado mes de junio el pico de caudal llegó hasta los 47.000 metros cúbicos de agua por segundo cuando lo normal para el otoño austral son 8.000 metros cúbicos por segundo. Se trata de la mayor crecida de los últimos 16 años. Esto provocó la rotura de la pasarela que da acceso a lo más alto del lugar. A diferencia del lado brasileño, la gestión de las Cataratas de Iguazú del lado argentino es pública y, según nos cuentan, suelen tardar en solucionar este tipo de incidencias. El precio de la entrada os podéis imaginar que es el mismo, con o sin garganta.

Cuando estábamos en Australia, Pedro, el madrileño que nos dio alojamiento en Sydney a través de Couchsurfing, nos contó que en julio iría de vacaciones a Argentina, el primero de los cuatro países que visitamos en nuestra aventura por las Américas. Pero como ya he contado más arriba, hay algo que comparten Argentina y Brasil, las cataratas de Iguazú, nuestro punto de encuentro dos meses después de aquella despedida en el aeropuerto de Sydney.

Es nuestra última noche aquí. Después de intercambiar unos cuantos Whatsapps con Pedro, quedamos para cenar en el lado brasileño. Nos ponemos al día mientras cenamos y vemos varios vídeos que ha grabado mientras sobrevolaba las cataratas en helicóptero, espectacular. Ha sido un placer volver a verle, buen viaje amigo.

Ha llegado la hora de volar. Mañana pondremos rumbo a Fortaleza, en el nordeste del país. Nos vamos a dormir, hemos quedado temprano con una pareja francesa que vuelven a casa para ir juntos al aeropuerto y compartir los gastos del taxi.