91 RÍO DE JANEIRO

  • AUTHOR: // CATEGORY: Brasil

    6 Comments

    Aún no nos lo podemos creer pero sí, acabamos de aterrizar en Rio de Janeiro, el último destino de nuestra vuelta al mundo. La próxima vez que aterricemos será en Londres para una pequeña escala y en dos hora y media llegar finalmente a Barcelona. Nos tiembla todo sólo de pensarlo.

    Siguiendo las recomendaciones de Inés, cogemos un autobús en el aeropuerto que nos lleva hasta Copacabana, donde ella vive. Coger un taxi a la hora de la tarde a la que hemos llegado nos podría costar un riñón ya que el tráfico en Río es horroroso entre las cinco y siete de la tarde. Efectivamente, tardamos más en el trayecto desde el aeropuerto a casa de Inés que en volar desde Salvador a Río.

    Inés es una arquitecta de Barcelona que hace tres años vino a probar suerte a Brasil y se enamoró de la ciudad de Río, de su gente y de su cultura. Después de trabajar varios años para una empresa que se encarga de urbanizar y dar forma a las favelas, parece que también ha llegado la hora de volver. Estos últimos días los pasaremos juntos.

    Nada más llegar, vamos a casa de una amiga brasileña de Inés donde cenamos junto a todos sus amigos una deliciosa cena árabe que han preparado su ex compañero de piso y su madre.

    A la mañana siguiente, cogemos prestadas las bicicletas de sus compañeras de piso y recorremos de punta a punta las playas de Copacabana e Ipanema. ¡Que maravilla! Por la tarde nos acercamos a la piedra de Arpoador, que divide estas dos playas, para ver la puesta de sol. A la vuelta, Inés nos espera en casa para llevarnos a ver una rueda de Capoeira. Parece fácil pero para llegar a conseguir realizar esos movimientos en tan poco espacio y con tanta agilidad, hacen falta muchas horas de entrenamiento.

    Está siendo un día muy completo. No hemos parado un segundo y es que Río tiene tanto que ofrecer … Pero nuestro día aún no ha terminado. Ahora nos vamos a la Pedra do Sal, una pequeña plaza al lado del puerto, donde cada lunes y viernes se reúne una gran multitud de personas alrededor de una Roda de Samba. Cantamos, bailamos y nos tomamos unas caipiriñas junto a toda la gente local que se deja llevar por la música y el sentimiento como válvula de escape de los problemas cotidianos. Nos sentimos como uno más y nos dejamos llevar por los sentidos y la magia y la energía que inundan esta plaza.

    Nos está haciendo un tiempo increíble. Inés nos comenta que la semana pasada hacía frío y llovía ya que aquí es invierno. Pero desde nuestra llegada, un radiante sol y una temperatura muy agradable nos han estado acompañando así que el sábado nos vamos a pasar la mañana a la playa de Copacabana, justo delante de casa. Comemos de petisco, el equivalente brasileño a nuestras tapas, en uno de los chiringuitos de la playa. El ambiente de las playas tanto de Copacabana como Ipanema es impresionante. La arena a rebosar de gente tomando el sol y bebiendo el típico té helado con limonada que pasan vendiendo unos hombres cargados con un tanque en cada hombro. Multitud de surfistas en el agua coronando las gigantes y potentes olas y ciclistas, corredores y gente paseando a lo largo del inacabable paseo a todas horas concurrido.

    Después de comer nos vamos a dar una ducha rápida ya que el ritmo no para en esta ciudad y a las seis tenemos una cita a la que no podemos faltar y que nos hace muchísima ilusión. Vamos a asistir al mayor espectáculo por excelencia del pueblo brasileño, un partido de fútbol en el conocido estadio de Maracanã. El partido no es nada del otro mundo pero juega el Botafogo, que es el equipo de Inés, así que equipados con las camisetas del Botafogo y del Barça, cogemos el metro y nos dirigimos al estadio estrella del recién finalizado Mundial de fútbol.

    El metro en fin de semana es un poco lioso ya que cortan algunas líneas y hay que hacer transbordos diferentes. La verdad es que nos perdemos un poco pero lo arreglamos rápido gracias a los grupos de chicos con camisetas blanquinegras que nos guían inconscientemente en la buena dirección. Una pareja venezolana que también va perdida y al partido se une a nosotros. Pedimos nuestros asientos cerca de la afición del Botafogo. Queremos vivir el ambiente al máximo. Tanto, que nada más entrar ni buscamos nuestros asientos y nos metemos directos en mitad de la hinchada del Botafogo a saltar, cantar y animar como locos al equipo junto a ellos. Nos envuelven en una bandera del equipo y nos acogen como uno más. ¡Qué divertido y qué bien nos lo estamos pasando! A pesar de que el juego es malísimo y que el estadio está medio vacío, el ambiente y la fuerza de la gente, dejándose la piel animando a su equipo no puede dejar indiferente a nadie que presencie este espectáculo.

    Después del partido, vamos al barrio de Lapa, zona bohemia llena de bares y restaurantes ideal para cenar e ir a tomar algo. Este barrio es famoso por su gran vida nocturna y los conocidos Arcos de Lapa o Acueducto da Carioca , que en su día abastecía de agua a toda la ciudad. Otro de los atractivos destacados del barrio, que Inés nos lleva a visitar, es la Escalera de Selarón, conocida también como la Escalera del Convento de Santa Teresa. Es una colorida escalera de 125 metros de longitud y distribuida en 215 escalones que han sido recubiertos en su parte frontal por azulejos procedentes de todas las partes del mundo y que unen el barrio de Lapa con el de Santa Teresa. Cenamos y tomamos algo por Lapa y volvemos a casa agotados. En Río hay mil cosas para hacer e Inés se las sabe todas. Necesitaríamos 15 días más aquí para hacer todo lo que nos tiene planeado.

    El domingo nos tomamos el día con tranquilidad. Hace una mañana estupenda así que quedamos con un grupo de amigas de Inés en la playa de Ipanema. De camino nos acercamos a la favela de Cantagalo, en pleno corazón de Ipanema y subimos utilizando los elevadores que transportan a residentes y turistas entre la favela y la estación del metro Praça General Osório. Inés nos explica que estos elevadores han facilitado la vida de la mayoría de personas que viven en Cantagalo y quedaban allí aisladas en la favela. Gracias a los elevadores pueden ir y venir a trabajar fácilmente a la ciudad. Cuando sales de los elevadores , unas escaleras te llevan al Mirante da Paz, un mirador desde donde se pueden ver las playas de Ipanema y Leblon, la Lagoa Rodrigo de Freitas, el Morro Dois Irmãos y el Corcovado. Merece la pena acercarse hasta aquí y disfrutar de esta panorámica.

    Disfrutamos de una calurosa mañana en la playa con Inés y sus amigas. La playa está llenísima de gente. De repente y cuando más relajados estamos, todo el mundo se pone en pie, algunos echan a correr y comienzan a gritar “¡Arrastaõ!”. Es un momento de mucha confusión. No sabemos qué está ocurriendo… Por un momento pienso que viene un tsunami o algo así… Inés nos grita que cojamos todo pero que no corramos. Y así , todo el mundo en pie y con nuestras cosas bien agarradas permanecemos durante cinco o diez minutos hasta que la situación parece volver a la normalidad. Es entonces cuando nos explican y comprendemos lo que acaba de pasar. Acabamos de vivir un Arrastaõ. Se trata de una táctica de robo bastante frecuente en Río de Janeiro y especialmente en las playas de Copacabana e Ipanema. Cuando la playa está llena de gente, los niños y jóvenes de las favelas bajan a robar e invaden en masa la playa arrasando con todo los que encuentran a su paso. Si buscáis en Youtube podéis encontrar mil ejemplos de arrastaõs. Son verdaderamente impresionantes. Por suerte ni tenemos nada ni nos lo han quitado pero lo que sí se nos han quitado son las ganas de playa. Nos despedimos de las amigas de Inés y volvemos a casa.

    Por la tarde vamos a visitar el barrio de Santa Teresa, que está ubicado en lo alto de un morro. Este barrio conserva aún muchos edificios antiguos, y es el elegido por los artistas para establecer sus viviendas y talleres. Por algo se lo conoce como el “Montmartre carioca”. Inés nos lleva a un sitio local donde probamos un exquisito paõ de queijo y el tan popular açaí que te deja la boca morada.

    El lunes visitamos uno de los emblemas más conocidos de la ciudad de río, el Cristo Redentor. La gran estatua de 710 metros de altura se encuentra en la cima del Monte del Corcovado y desde aquí se aprecia una panorámica de 360º de la ciudad de Río. Es considerado, junto con el Pan de Azucar, el mayor símbolo turístico de Río de Janeiro y en 2007 fue elegida como una de las 7 nuevas maravillas del mundo moderno.

    La verdad es que estamos saboreando y disfrutando muchísimo nuestros últimos días antes de volver a casa gracias a la ciudad de Río y a Inés. Una vez más se confirma que no hay nada como conocer una ciudad de la mano de alguien que viva en ella y la sepa disfrutar. Esto se acaba… Comienza la cuenta atrás.

COMMENTS

6 Responses to 91 Río de Janeiro

  • merce medina wrote on September 14, 2014 at 2:26 // Reply

    Hola ..ke pasada Rio d Janeiro
    K ambientazo
    Ya os keda pokito
    Un ABRAZO….MARIEN…

  • Nati wrote on September 15, 2014 at 6:53 // Reply

    Madre mía! Me he estresado leyéndolo!!!. Me han parecido días ajetreados…. Jajajaja

    • Nacho Roldán wrote on September 17, 2014 at 8:34 // Reply

      Si, si…jaja..fueron días muy ajetreados. Nos ha encantado Río!

  • M_Abril wrote on September 16, 2014 at 2:39 // Reply

    Bueno chicos….¿¿no le vais a dar un final al blog??
    CERRAD CICLOOOOO!!!
    😉

    • Nacho Roldán wrote on September 17, 2014 at 8:33 // Reply

      ¡Tendrá final! Pero nos da pena…Espero que hayas disfrutado viajando con nosotros. Un beso fuerte.

      • Nati wrote on September 19, 2014 at 1:47 // Reply

        Yo ya estoy esperando….jijijiji

LEAVE A REPLY

FILL THE FIELDS TO LEAVE A REPLY. Your email address will not be published.