Nos quedan dos días en Koh Tao y queremos acabar de ver algunas de sus playas, nuestro medio de transporte, nuestras piernas y las personas que encontremos por el camino que quieran y puedan llevarnos. Desayunamos en la terraza de nuestra habitación y vamos hacia la carretera principal donde dos simpáticos tailandeses nos dejan subir en la parte de atrás de su furgoneta, esta vez con garrafas gigantes de agua. A medio camino se paran, van hacia otra dirección, les damos las gracias y comenzamos a caminar, cuesta arriba, cuesta abajo…hasta llegar a Tanote Bay, situada en la costa este entre Laem Tien y Aow Leuk. En un primer momento no nos convence, el esfuerzo físico realizado no es proporcional a la playa en la que nos encontramos, quizás el hecho de haber visitado Nang Yuan y que el mar está un poco revuelto tengan algo que ver, pero bueno realmente es bonita. Hay una piedra muy grande a la que se puede llegar nadando y desde la que se puede saltar, nosotros no lo hicimos, papás, mamás, ¡qué prudentes somos! Conozco a más de uno que saltaría y a otro que ha saltado unas cuantas veces.
A la vuelta tenemos bastante más suerte y unos trabajadores de un resort nos llevan en su pick-up, parece una montaña rusa, nos agarramos a lo que podemos para no salir volando, ¡el mundo está lleno de gente buena! Como hemos llegado pronto al puerto, nos damos un un capricho, brownie y frapuccino y desde la playa vemos la puesta de sol. Allí conocemos a Enzo y Katya, una pareja de amigos, él suizo-italiano y ella suiza. Están sacándose el curso de submarinismo. Nos han caído genial, le hablamos del sitio al que solemos ir a cenar por su precio y calidad y casualmente más tarde, nos cruzamos de camino allí, se han animado a probarlo, compartimos la mesa y lo pasamos tan bien que quedamos para cenar al día siguiente.
Último día en Koh Tao, la verdad, empezamos a estar un poco saturados de sol y agua. Sin prisa y a eso del mediodía nos dirigimos caminando hacia una playa próxima al puerto. Se accede por un camino entre árboles, bungalows y escaleras. Primero llegamos a una playa y cuando ya hemos hecho todo el despliegue nos dicen que no podemos estar ahí, se trata de una playa privada y hay que pagar unos 200 Baths, unos 4,5€, así que seguimos caminando, ¡ya nos lo podrían haber dicho antes! Llegamos a una playa con columpios entre palmeras, arena fina, aguas limpias e incluso un trozo de césped donde dejar la toalla, Sai Nuan Bay.
La última cena, Enzo, Katya y un nuevo compañero de mesa, Pedro, un italiano que lleva más de diez años en Ibiza. Cenamos en un precioso restaurante que se llama Whitening, está en la playa y como su nombre indica es todo blanco, muy ibicenco. Hay una boda, a eso de las once de la noche, los novios juntos a los familiares enciendes sus linternas volantes, se cree que el lanzamiento de éstas atrae la buena suerte y la prosperidad. Imaginaos la cara de los novios cuando segundos después de encender su linterna y cuando apenas había alcanzado unos metros de altura se hunde como el Titanic. Sin comentarios.
Esto se acaba y todavía no tenemos alojamiento en Bangkok, nos apetecía hacer Couchsurfing. Desde que estuvimos con Carla y Andy en Dubai no lo hemos vuelto a hacer y queremos conocer el otro lado de Bangkok, pero después de más de treinta peticiones no tenemos suerte. Las cosas pasan por algo y esta vez no tenía que ser, así que a última hora encontramos un hostel cerca de Khao San Road, nos tocará hacer un poco el guiri, o no…
3 Responses to 23 Hasta pronto Koh Tao
ke playas mas chulas,un pais para visitar…se ve
Precioso,
Ya veo ke lo estais pasando genial
Se os ve una cara de felicidad
UN ABRaZo..grande marien y nacho..
Muchas gracias por vuestra prudencia y no darnos el mal rato de saltar, pero ¿quien decís que ha saltado más de una vez? Decidme si me equivoco y no es quien estoy pensando. Venga, a seguir pasándolo fenomenal y que disfruteis mucho.
De nada , mami, un placer…