22 NANG YUAN

February 15

Hoy toca cambio de habitación, algo ya habitual en nuestra rutina. Una vez instalados, con nuestros bañadores puestos y ganas de aprovechar el resto del día, bajamos hasta el puerto para negociar con algún taxi-boat que nos lleve a la isla de Nang Yuan.

Se trata de una isla privada que tiene apenas 1 kilómetro y medio de largo y 500 metros de ancho y se encuentra situada a tan sólo 3 kilómetros y medio del puerto del puerto de Koh Tao aunque su punto más cercano, que está situado en el norte, es de unos 500 metros. Está dividida en una isla principal y en otra bastante más pequeña por una extensión de arena blanca que emerge del mar. Esta zona es muy conocida por los buceadores como una de las mejores en toda Tailandia y muy recomendable también para practicar snorkel ya que en sus aguas cristalinas se pueden observar multitud de corales y peces de colores incluso sin necesidad de gafas.

Se trata de la imagen más repetida en la mayoría de postales de Koh Tao y que nunca falta en los catálogos turísticos de Tailandia. Realmente parece que es algo muy bello y no nos lo queremos perder.

Al final cerramos el trato con el señor barquero-taxista en 300 baths (unos 6,6€) por persona ida y vuelta. Nos dice que vendrá a recogernos a la hora que queramos aunque como muy tarde a las cinco ya que es la hora a la que cierra la isla y todas las personas que no se alojan en el único resort que allí hay, han de marchar. Es curioso pero esto también ocurre en algunas playas privadas que hemos encontrado en la isla, todo aquel que no se aloja allí, la ha de abandonar como muy tarde a las cinco como es el caso de Aow Leuk.

La entrada a Nang Yuan tiene un precio de 100 baths por persona, que bien merece la pena pagar y está prohibido llevar comida o bebida del exterior de manera que nos compramos una piña y algo para picar que nos comemos en el barco. El trayecto es corto, unos quince o veinte minutos pero las sacudidas de las olas y la poca fuerza que tiene el motor de esa barca nos hacen dar algún que otro grito y pensar que nos ha tocado la peor barca de todas. Tenemos suerte de no marearnos con lo que esto se tambalea. No somos capaces de acabarnos la piña así que se la dejamos al señor barquero. Pero las emociones fuertes no acaban aquí, una vez en el puerto, hay como cuatro o cinco barcas amarradas al embarcadero por las cuales tendremos que ir saltando de una a otra hasta llegar al muelle. Un verdadero espectáculo de equilibrio y flexibilidad. Y por fin, aquí estamos, tras pasar por taquilla y pagar nuestra entrada, Nang Yuan se abre ante nuestros ojos.

Desde que ponemos el primer pie en la isla casi no podemos cerrar la boca del asombro. Es increíble, tal cual aparece en todas las postales que hemos visto o incluso más bello si cabe. Definitivamente es una isla de ensueño, una de las playas más bonitas que hemos visto en nuestra vida, al menos de momento.

Antes de tumbarnos y relajarnos en esa arena blanca y disfrutar de esta fantástica playa, nos adentramos a explorar un poco la isla y subimos hasta el view point, en una de las rocas más altas, desde donde se puede disfrutar de una panorámica única. Comenzamos a caminar por una pasarela estrecha de madera que bordea parte de la isla hasta llegar a punto que nos permite ascender hasta lo más alto de la isla. Tramos de tierra y escaleras interminables que tenemos que compartir con el resto de personas que suben y bajan de este mirador. Hace muchísimo calor y conforme vamos subiendo la temperatura parece incrementarse y nuestros cuerpos cada vez están más bañados de sudor. Ya en lo más alto y todos con la lengua fuera, preguntamos bromeando dónde está la piscina ya que todos llegamos empapados del esfuerzo.

Y si ésta es una de las playas más bonitas que hemos visto jamás, el baño en sus aguas, en este entorno, después de la caminata y el calor que hemos pasado, uno de los más increíbles y que más hemos disfrutado.

Siguiendo todas las recomendaciones, nos animamos a hacer snorkel y nos divertimos como nunca buceando entre los peces de mil colores y haciendo un poco el ganso debajo del agua. Es muy divertido y realmente poder ver el paisaje y la vida que se mueve debajo de esas aguas a tan poca distancia de la orilla, vale mucho la pena.

Así que ya sabéis, si venís a Koh Tao, no olvidéis visitar Nang Yuan, no os arrepentiréis.