57 FRASER ISLAND

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    Bueno después de todo ha salido mejor de lo que esperábamos. Ya estamos en Hervey Bay. En el momento en que nos dejan delante de la puerta de Ryan, nuestro couchsurfer, aparecen tres chicas que vienen de comprar y justo van al mismo número que nosotros. Y para nuestra sorpresa dos de ellas hablan catalán, viven en Barcelona. La tercera es alemana, de Colonia. Pensábamos que íbamos a estar solos con Ryan pero al parecer estamos delante de un nuevo formato, el Gran Hermano australiano. Según nos comentan las chicas todavía falta alguien más por llegar. Oye ¿Dónde está Mercedes Milà? ¿Y las cámaras? Y…¿Dónde vamos a dormir?

    Como no disponemos de mucho tiempo, nos acercamos a un hostel para informarnos de las opciones que hay para visitar Fraser Island, la isla de arena más grande del mundo. La descubrió el explorador británico James Cook en 1770.

    Miramos la previsión del tiempo, no para de llover. Valoramos la opción de hacerlo por nuestra cuenta pero acabamos descartándola. Sin vehículo es difícil llegar hasta el puerto desde donde sale el ferry que te lleva a la isla y una vez allí, es necesario un vehículo 4×4 para desplazarte ya que la isla es enorme. Vamos a hacer un esfuerzo económico bastante grande. La excursión de un día cuesta 160 dólares por persona pero todo el mundo nos dice que vale mucho la pena ir.

    Después de cenar vemos una peli los seis. Al final el chico que faltaba vio el panorama y se fue. A estas horas todavía nos preguntamos dónde vamos a dormir ya que hay más personas que camas. Al parecer mañana, junto a Ryan, seremos los más madrugadores por lo que hoy nos toca dormir en un colchón hinchable en el salón. Lo único bueno, las vistas ya que desde el suelo vemos la luna. Al final quien no se consuela es porque no quiere.

    A las seis de la mañana nos levantamos. El autocar encargado de llevarnos al puerto sale a las siete y cuarto pero como no nos acabamos de fiar del tiempo decidimos contratar el mismo día. Por suerte, después de la tormenta siempre llega la calma y así es, hoy ha amanecido soleado.

    En veinte minutos llegamos al puerto y en treinta minutos más en ferry nos plantamos en la isla. Hoy he discutido en inglés con la chica de los tickets porque no me quería dar un recibo. Vamos, que le pagamos 320 dólares y no quiere darme ni un justificante. Al final nos lo ha tenido que dar y muy educadamente le hemos deseado un buen día a la mujer.

    Si lo de anoche era Gran Hermano hoy parece que estamos en una excursión del Imserso y aunque hay más gente joven, es inevitable fijarse en esos abuelitos que, al igual que nosotros, vienen a disfrutar de la isla. Os podéis imaginar que la excursión es bastante tranquila, sin deportes de riesgo ni nada por el estilo.

    Nuestra primera parada es en un bosque donde nuestro guía, Brian, nos habla de la historia de una decena de árboles mientras los mosquitos devoran a Marien. Hasta los abuelitos se aburren. Queremos acción y así es. Montados en un autobús 4×4, circulamos por la arena de esta enorme isla hasta llegar a los restos del SS Maheno, un barco de 1905 que operaba la ruta Nueva Zelanda-Australia que se fue a la deriva por culpa de un ciclón. Durante el trayecto tenemos la oportunidad de ver algunos dingos en la orilla, una subespecie de lobo propia de Australasia, comiendo pescado en la arena.

    Antes de comer tenemos la oportunidad de bañarnos en un arroyo pero la temperatura no acompaña así que paseamos por ella. La última parada antes de volver a Hervey Bay es el lago McKenzie, uno de los más populares. La arena es de un blanco brillante y el agua tiene una perfecta claridad.

    Esta noche estamos solos Ryan, Marien y yo. Charlamos y nos vamos a dormir temprano. Mañana tenemos que llegar a la Gold Coast, empezamos a bajar. Se encuentra a unos 400 Km y, como la última vez, nos gustaría hacerlo en autostop. Esta vez no tenemos plan B.

    Nos levantamos temprano y caminamos unos treinta minutos hasta llegar a un supermercado donde nos cargamos de provisiones por lo que pueda alargarse el día. Desayunamos y caminamos hasta una gasolinera en la que ningún vehículo se dirige hasta Maryborough, la población más próxima a Hervey Bay pero por la que pasan todos los vehículos que se dirigen hacia el sur. Hablo con unas personas y consigo que nos acerquen a las afueras de la ciudad, en la carretera principal. Si alguien va para allí, tiene que pasar por aquí.

    La primera hora no tenemos mucha suerte, esto empieza a ser desesperante y comienza a llover. Por suerte, un hombre se detiene con su furgoneta y nos lleva hasta el pueblo más próximo. Bueno, ya hemos avanzado un poco. Volvemos a empezar. De nuevo en una BP donde un hombre se ofrece a llevarnos a las afueras de la ciudad a una nueva gasolinera situada más estratégicamente. Éste es el lugar. Tres, cuatro intentos y una persona que se dirige a Brisbane accede a llevarnos. Hemos tenido mucha suerte, los próximos 250 km los haremos con él.

    Marien está agotada y como un bebé duerme plácidamente en el asiento de atrás. Yo mientras, aprovecho para practicar inglés y hablo con nuestro conductor. Hombre de unos cincuenta y poco años, casado, con tres hijos, algunos de ellos de nuestra edad. Es piloto de avionetas y le encantan las motos. A unos treinta quilómetros de Brisbane nos bajamos del coche. Queremos evitar entrar en la ciudad de la que tanto nos costó salir. Comemos algo y preguntamos a unas treinta o cuarenta personas mientras la empleada de la gasolinera nos llama la atención por megafonía. Perfecto, publicidad gratuita. Ahora todos saben que estamos aquí pero como no queremos problemas nos desplazamos unos metros hacia la cafetería. Por fin encontramos a una pareja dispuesta a llevarnos. Viven a unas diez minutos de donde pasaremos los próximos días y nos dicen que no les cuesta nada acercarnos hasta allí, Miami Beach. Él es un exjugador de rugby profesional. Ha jugado en la liga americana, noruega, inglesa y francesa. Es su pasión y lo lleva practicando desde los cinco años. Su novia, Monika es de la República Checa y lleva tres años viviendo en este país.

    Han sido tres días intensos, autostop, Gran Hermano, excursión y vuelta a empezar. Estos días bajaremos el ritmo para recuperar fuerzas.

COMMENTS

3 Responses to 57 Fraser Island

  • Roldán wrote on May 17, 2014 at 6:10 // Reply

    Sin comentarios es precioso todo lo que se ve que lo disfrutéis muchos besos

    • Marien Garcia wrote on June 2, 2014 at 1:42 // Reply

      Gracias Jose ! Muchos besos para vosotros también.

  • Toñi wrote on May 20, 2014 at 10:37 // Reply

    Menudos aventureros estáis hechos. Ya me contaréis la experiencia de conducir una caravana y por la izquierda que no estamos acostumbrados. Bueno, pues a seguir pasándolo bien y viendo muchas cosas más. Muchísimos besos a los dos.

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