66 SALTA

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    Llega el turno de visitar Salta. Salimos en autocar a primera hora de la mañana desde Cafayate y en menos de cuatro horas llegamos a la capital salteña que se encuentra ubicada al este de la Cordillera de los Andes, en el valle de Lerma. Después de más de media hora caminando con las mochilas buscando nuestro alojamiento, gracias a las indicaciones de unas cuantas personas, conseguimos encontrarlo dándonos cuenta de que hemos dado una vuelta enorme. Nuestra fantástica orientación no tiene remedio. Esto no se arregla ni con cien vueltas al mundo.

    Después de comer algo y antes de se nos acabe la luz del día, subimos caminando las mil escaleras hasta el mirador que se encuentra en la cumbre del Cerro de San Bernardo. Pensábamos subir corriendo para entrenar un poco pero la altitud comienza a notarse y no nos hace falta demasiado esfuerzo físico para notar que enseguida nos falta el aire. Y es que la ciudad de Salta se encuentra a 1187 metros sobre el nivel del mar, que no es mucho pero que, comparado con los 13 a los que se encuentra Barcelona, hace que empezamos a notarlo.

    Desde el mirador se puede contemplar una panorámica de toda la ciudad así como el teleférico que une la ciudad con el punto más alto del cerro. Nos quedamos casi una hora aquí arriba durante la cual tenemos la oportunidad de conocer a una pareja de policías salteños que patrullan en bicicleta. Dicen que les encanta nuestro acento y nuestra manera de hablar. Son las segundas personas que nos dicen esto en las escasas horas que llevamos en Salta. Tiene gracia. Uno de ellos nos cuenta que su hermana vive en España, concretamente en Sevilla y que su sobrina ha nacido allí. Nos explica que le encanta hablar con ella por teléfono y escuchar su acento. Él, además de policía, es profesor de tango y nos dice que le vuelve loco el flamenco. Le encantaría ir a España para aprender a bailarlo. ¿Os imagináis esta conversación con un Guardia Urbano en mitad de Plaça Catalunya?

    A lo Killiam Jornet, descendemos el millar de escaleras saltándolas de dos en dos. Empieza a anochecer y hace frío.

    Después de una ducha caliente, pedimos una pizza a “domicilio”, aunque aquí usan la expresión inglesa “delivery” y dormimos como bebés debajo de unas suaves y perfumadas sábanas. Este lugar es precioso, limpio y acogedor.

    Hoy toca descanso. Nos quedamos relajados, leyendo y planificando la ruta por Bolivia y Perú toda la mañana. Al mediodía y después de un paseo por el centro de la ciudad, vamos a comer a Doña Salta, lugar muy conocido por sus deliciosas empanadas de carne. Nos lo recomendó el conductor del autocar de Buenos Aires a San Miguel ya que, durante el trayecto, bajó muchísimo la temperatura y Nacho bajó a pedirle que la subiera. Al cabo de una hora apareció de vuelta. Se había quedado de copiloto con su nuevo amigo, que le contó que años atrás había probado fortuna en España en busca de un trabajo. Cada vez se dirigía a nosotros, nos llamaba “gallegos” , que es como parece ser que nos llaman a los españoles por aquí.

    Mientras nos traen las empanadas y aprovechando que hay wifi, recibo un mensaje de mi ex-alumno Andrés, cosa que me hace muchísima ilusión. Chateamos un rato a través de Facebook y me cuenta que sigue el blog y que ha leído cada uno de los posts. Hablamos un poco sobre cómo nos va la vida a uno y a otro, sobre la carrera que está estudiando y sobre la vuelta al mundo. Al igual que otros alumnos y ex-alumnos que nos seguís, me llena de alegría poder compartir una experiencia como ésta con todos vosotros al igual que recibir vuestros mensajes y cómo no vuestros variados encargos. Carla, tu lista de lugares para practicar surf está en proceso. Aina, no me olvido de tus fotos de la India pero es complicado enviártelas con las conexiones que vamos encontrando. Las tendrás.

    Aunque este lugar es bastante conocido y turístico y las empanadas son más caras y pequeñas, hay que reconocer que están deliciosas y el local es tan acogedor y la música tan relajante que cuando queremos darnos cuenta, nos tenemos que levantar e irnos porque están cerrando.

    Damos una vuelta por las calles comerciales buscando algo de ropa y calzado de abrigo para el frío que nos espera pero desistimos en el intento. La ropa y el calzado en Argentina son exageradamente caros. Nos llaman mucho la atención las diferentes opciones de financiación en pequeñas tiendas para comprar por ejemplo unas simples botas a plazos.

    Se está empezando a levantar viento y ha bajado la temperatura así que volvemos para el hostel. Estamos cansados y esta noche queremos ir a ver una de las Peñas, que son bares en los que se junta la gente local y cantan y bailan folklore tradicional.

    Al llegar al hostel cambiamos de idea. Estamos agotados, no tenemos ganas de fiesta ni de movernos de aquí. A veces hay que parar. Mañana será otro día.

COMMENTS

2 Responses to 66 Salta

  • Nati wrote on June 14, 2014 at 8:30 // Reply

    Normalmente por allá cuando llaman “gallegos” no es con connotación positiva precisamente….

    • Marien Garcia wrote on June 14, 2014 at 3:08 // Reply

      Si que es verdad que en ocasiones ha tenido un significado despectivo pero me lo decía de forma cariñosa. Argentina es el país del mundo fuera de España con mayor presencia gallega! 🙂

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